Naturaleza muerta300dpi_0

Artists: Ernesto Alva, Verónica Bapé, Balam Bartolomé, Omar Barquet, Saúl Gómez, José Luis Landet, Moris, Calixto Ramírez, Pablo Rasgado, Omar Rodríguez-Graham, Tania Ximena, Cynthia Yee

Curated by Christian Barragán

Superficie en Tensión
January 25 – March 22, 2014
Diagrama
Mexico City, Mexico

Entre el arte contemporáneo, la pintura en la actualidad continúa una disputa dentro y fuera de sus límites sobrentendidos. De ser una superficie pulida, determinante y estática, pasó a ser una superficie en tensión, abierta, inacabada, donde cada artista -desde su particular condición y posición- cuestiona la naturaleza y el campo de acción de ésta disciplina, generando un diálogo con la historia remota y presente. Fue a partir de 1913 que Marcel Duchamp abandonó la pintura-pintura, aquella con aroma a terebantina, por la pintura-idea; fue el comienzo de su verdadera obra, que incluye los readymades y el Gran Vidrio (1915-1923). Es también ése año el comienzo de una nueva época en el arte: la sustitución de la obra-representación por la obra-presencia, asunto del cual Roland Barthes se ha ocupado en su ensayo el Grado cero de la escritura y Octavio Paz en Apariencia desnuda, de ahí la siguiente cita: “El artista no es un hacedor; sus obras no son hechuras sino actos.” Desde ese momento la pintura para Duchamp es un objeto de investigación interna, lo es en dos sentidos, de sí mismo en tanto creador y como análisis del arte en tanto lenguaje. Respecto a esta decisión de Duchamp, Paz escribió, “su fascinación ante el lenguaje es de orden intelectual: es el instrumento más perfecto para producir significados y, asimismo, para destruirlos.” La pintura, a un mismo tiempo,  arma y cuerpo de su propia batalla.

El siglo veinte es el siglo de las vanguardias: entre otras, Impresionismo, Fauvismo, Expresionismo, Cubismo, Futurismo, Abstracción, Suprematismo, Dadaísmo, Metafísica, Constructivismo, Surrealismo, Arte Conceptual, Minimalismo, Land Art, Pop Art… Un siglo de más de cien años en los cuales el arte fue un campo abierto, dinamitado desde el feudo de la pintura. A semejanza del acto de Duchamp, ahí está Warhol haciendo pintura en serigrafía, apropiándose de la multiplicidad y serialidad de imágenes que ofrecían los medios masivos de comunicación en el momento; o Basquiat recurriendo a cuanto soporte tuvo frente a sí, ya sea la puerta de un refrigerador o muebles de madera en desecho, atando palos y tela, mugre y óleo para pintar; o Richter y su realismo austero de la posguerra, además de sus densos barridos de color; o Oehlen explorando las posibilidades de la escala a través del ordenador sobre polímeros; o Baldessari y su “Cremation Project” (1970), en el cual hizo quemar todas las pinturas que había realizado hasta entonces. Un siglo, aún pues, de “tradición y ruptura” (Paz dixit).

La obra reunida en Superficie en tensión son “actos” interesados en la pintura, investigaciones llevadas a cabo por un grupo disímil de artistas congregados por sus procesos de trabajo sobre la vigencia y alcances de lo pictórico. Por ello, cada obra es una aproximación, un modo de concebir, de enfrentarse, ante el gesto pictórico dentro y fuera del bastidor. Los encuentros con la pintura suceden más allá de la superficie, y así descubren o amplían otros ámbitos y contextos, posturas e incomodidades, dudas y cuestionamientos. No importa ya la condición suprema de la pintura sobre otras disciplinas, sino del arte en su condición de creador-destructor de conocimiento, sentido, crítica y significado para asumirse frente a un tiempo y espacio específicos: el aquí y el ahora del arte contemporáneo. Superficie en tensión es un ejercicio que atiende no sólo la pervivencia de la pintura, sino también la vitalidad del arte.